Desde las montañas de Antioquia hasta los valles del Huila

 En las montañas de Santa Rosa de Osos,  Antioquia, donde el aire fresco se mezcla con el aroma del café en flor, Juan Felipe, un joven caficultor apasionado, ha heredado el legado de sus antepasados. Desde niño, rodeado de cafetales, aprendió los secretos de la tierra y el cuidado de los granos que dan vida a su café único. Con un sabor dulce y afrutado, notas de caramelo y chocolate, y un aroma intenso que evoca las montañas, su café refleja su dedicación y las particularidades de su región. Juan Felipe está orgulloso de su legado y sueña con que su café sea reconocido en todo el mundo, como un homenaje a la pasión cafetera colombiana. 

 En las montañas de Concordia, donde el aroma a café recién tostado se respira en cada rincón, reside Eduardo Fernández, un caficultor de tercera generación que ha cultivado con pasión el legado de su familia. Como hermano mayor, Eduardo no solo ha heredado la tradición cafetera, sino que también ha sido el pionero en introducir a su familia en el fascinante mundo de los cafés especiales. Con dedicación y curiosidad, ha explorado varietales exóticos, técnicas de tostión innovadoras y nuevas formas de comercializar el café, compartiendo sus conocimientos con cada miembro de su familia. Su liderazgo ha inspirado a su familia a seguir sus pasos, cultivando un café de alta calidad que refleja la pasión y el amor por la tierra que Eduardo ha inculcado en ellos. 

 En las montañas de Betulia, donde el aroma a café recién tostado se mezcla con el dulce olor de los aguacates, reside Germán Trujillo, un caficultor y aguacatero que ha dedicado más de 40 años de su vida a cultivar la tierra con pasión y humildad. Convencido del poder transformador de la agricultura, Germán ha trabajado incansablemente para mejorar la calidad de sus productos y contribuir al desarrollo de su comunidad. Su esfuerzo y dedicación han sido reconocidos en 2024, al ser galardonado como uno de los 30 mejores productores de café de Colombia, gracias a su excepcional café de variedad Gesha. Este logro es un testimonio de su compromiso con la excelencia y su amor por la tierra que lo vio crecer. 

En las montañas de Santander, donde la tradición cafetera se entrelaza con la innovación, reside Juan Pablo, un joven caficultor de tercera generación que ha heredado el amor por la tierra y el café. Apasionado por descubrir nuevos horizontes, Juan Pablo no solo se dedica a cultivar el café, sino que también explora nuevos procesos y varietales exóticos que le permiten crear perfiles de sabor únicos y sorprendentes. Su formación como barista y catador le ha brindado las herramientas necesarias para entender y apreciar cada detalle del café, desde su origen hasta su preparación. Con su visión vanguardista y su dedicación a la calidad, Juan Pablo está transformando la tradición cafetera de su región y llevando el café de Santander a nuevas alturas. 

 En las montañas del Huila, en el municipio de San Agustín, donde la tradición cafetera se respira en cada rincón, reside Karen, una joven ingeniera agrónoma que ha decidido seguir los pasos de su familia y dedicarse a la producción de cafés especiales. Con su pasión por la innovación y su conocimiento técnico, Karen está revolucionando la forma en que se cultiva y se procesa el café en su región. Además de ser productora, Karen también trabaja como extensionista para el Comité de Cafeteros, compartiendo sus conocimientos y apoyando a otros caficultores en su camino hacia la excelencia. Su compromiso con la calidad y la sostenibilidad la ha convertido en un referente para la nueva generación de caficultores colombianos. 

 En las montañas de Andes, Antioquia, donde el paisaje se viste de verde y el aroma a café recién tostado flota en el aire, reside Rafael, un caficultor de segunda generación que ha sabido fusionar la tradición cafetera de su familia con su pasión por la innovación. Arquitecto de profesión y tostador de corazón, Rafael trabaja junto a su familia para cultivar un café de alta calidad que refleje la riqueza de su tierra. Explorando procesos diferenciados y técnicas de tostión vanguardistas, Rafael busca realzar los sabores únicos de su café, sin dejar de lado las prácticas ancestrales que han convertido a la caficultura en un legado familiar.